Los elfos, la gente bella

Los elfos son uno de los pueblos más conocidos en la literatura moderna. Son altos, de orejas puntiagudas, inmortales (pero sí sienten el dolor y pueden morir de pena) y eternamente jóvenes. A los elfos les resulta sencillo aprender a usar magia. Son muy sabios, mucho más que los hombres. Visten con una especie de camiseta blanca ajustada, chaleco marrón, y chaqueta y pantalón de lino verdes. Una persona que conocía bien a los elfos dijo que si los contásemos todos veríamos que hay el mismo número de elfos castaños, como de rubios..., vamos, que no hay ningún color predilecto en pelo y ojos. Hablan su propia lengua (quenya, sindarín...) y utilizan su propio alfabeto (tengwar).

Aman a las estrellas más que a todo y tienen una voz melodiosa, incluso más que la de las hadas. Suelen vivir en bosques, aunque algunos prefieren las ciudades. No dejan huellas al andar y no hacen ruido al caminar. Hay varias subespecies que veremos luego.

Al nacer, se les instruye en espada y magia por igual, por eso se dice que un mago elfo podría luchar tan bien como un guerrero humano y un guerreo elfo podría utilizar la magia como un mago de primer nivel.